Mira como es la vida: un día caes y el siguiente te levantas del suelo con la ayuda de una mano amiga.
Un día lloras y el otro haces llorar.
Un día eres tu el que pierde el tren, el otro algún amigo te pide que lo lleves.
Un día trabajas para que en el otro puedas descansar.
Un día abrazas para que en el que se sigue puedas aprender a soltar de las manos y dejar la vida seguir...
Un día paseas de manos dadas vestida de sonrisas para en el día siguiente caminar sola...
Un día hieres para que otro día mas tarde te puedan amar...
Un día entregas y en el otro reclamas recibir...
Un día estas vivo y dos días después es tu funeral...
Ya ves como es la vida, unos días en las nubes y otros días en la tierra de pies firmes, mirando hacia el horizonte esperando aquel águila que vendrá a por ti, a rescatarte tus sueños y llevarte al pico de la colina donde el aire es mas puro y tu visión abarca mucho mas de lo que pretendes ver...
Un día lo ves todo, con la clara nitidez de un visionario y en el otro te tiran arena a los ojos....
Un día quieres el otro no.
Un día llueve, quizás mañana haga sol...
Y así se pasan los años, mientras esperas que llegue tu águila salvadora hasta que un día te das cuenta que esa Fénix no vendrá y que todo lo que un día te contaron no era mas que un cuento contado a los críos para que se duerman pronto...
Un día eres un crío con ideas de gente grande y con el pasar de los años vas deseando no haber perdido la inocencia, o por lo menos que te den una segunda chance para poder volverla a recuperar. Pero el cuerpo te castiga el alma y la mente te juega pasadas raras y el alma te duele por dentro, como si hubiera sido herida de mil balas sin manera posible de arreglo... Y entras en un ciclo del que ya no puedes o simplemente no quieres salir, apenas acostumbrado a las restas de felicidad escasa que la vida y los demás que por ella van pasando te regalan y a tus pies tiran como limosnas, como basura que a ellos les sobra...
Un día lloras y el otro haces llorar.
Un día eres tu el que pierde el tren, el otro algún amigo te pide que lo lleves.
Un día trabajas para que en el otro puedas descansar.
Un día abrazas para que en el que se sigue puedas aprender a soltar de las manos y dejar la vida seguir...
Un día paseas de manos dadas vestida de sonrisas para en el día siguiente caminar sola...
Un día hieres para que otro día mas tarde te puedan amar...
Un día entregas y en el otro reclamas recibir...
Un día estas vivo y dos días después es tu funeral...
Ya ves como es la vida, unos días en las nubes y otros días en la tierra de pies firmes, mirando hacia el horizonte esperando aquel águila que vendrá a por ti, a rescatarte tus sueños y llevarte al pico de la colina donde el aire es mas puro y tu visión abarca mucho mas de lo que pretendes ver...
Un día lo ves todo, con la clara nitidez de un visionario y en el otro te tiran arena a los ojos....
Un día quieres el otro no.
Un día llueve, quizás mañana haga sol...
Y así se pasan los años, mientras esperas que llegue tu águila salvadora hasta que un día te das cuenta que esa Fénix no vendrá y que todo lo que un día te contaron no era mas que un cuento contado a los críos para que se duerman pronto...
Un día eres un crío con ideas de gente grande y con el pasar de los años vas deseando no haber perdido la inocencia, o por lo menos que te den una segunda chance para poder volverla a recuperar. Pero el cuerpo te castiga el alma y la mente te juega pasadas raras y el alma te duele por dentro, como si hubiera sido herida de mil balas sin manera posible de arreglo... Y entras en un ciclo del que ya no puedes o simplemente no quieres salir, apenas acostumbrado a las restas de felicidad escasa que la vida y los demás que por ella van pasando te regalan y a tus pies tiran como limosnas, como basura que a ellos les sobra...
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